CAPITULO 4:
Llegué hasta un árbol cerca del parque y me senté a llorar,
no era algo justo, ¡¿qué le había hecho yo al mundo para que me diera esto a
cambio?!…muy bien es hora de calmarme, nadie me ha hecho nada, yo no le he
hecho nada a nadie, simplemente las cosas son así. Sequé mis lágrimas con el
brazo y respiré hasta calmarme, la verdad solo lloró por cosas muy importantes
y que enserio me afecten, por ejemplo la ausencia de mi papá, o la muerte de mi
abuelo, obviamente mamá nunca me ha visto llorar puesto que no quiero que se
desmorone, yo soy fuerte por las dos, porque mi deber es protegerla, me lo dijo
papá, aunque tenía 2 años, esa imagen no sale de mi mente, esas palabras están
grabadas en mi conciencia y sé que es verdad, es mi obligación y la voy a
cumplir firmemente.
Suspiré nuevamente y traté de incorporarme, cuando voy a
voltearme para volver a la heladería siento una presencia atrás mío, me quedo
quieta y contengo la respiración, recordando lo poco que me enseñaron de
defensa personal, me volteo dispuesta a pegar un buen puñetazo a algún presunto
ladrón, cuando la persona que tengo al frente se me antoja muy familiar. Alejo,
suelto la respiración contenida y me llevo una mano al pecho, por poco me da un
ataque al corazón
-casi me infarto del susto-me mira divertido, alza una ceja
y me coge las dos manos
-realmente se hace así-ah, tiene razón esa era la verdadera
postura, me sonrojo un poco por la proximidad que hay entre nosotros-cuando
quieras te puedo dar clases, así como estabas un ladrón fácilmente podría
raptarte preciosa, y no queremos eso ¿verdad?
-umm, yo…esto…gracias-solté nuestras manos unidas, y creo
haber sentido chispas en mis dedos cuando los separé de los suyos, apreté mis
manos tratando de deshacerme del cosquilleo y el rubor de mis mejillas-umm,
lamento haberme ido así, es solo que estaba un tanto conmocionada y yo, bueno,
creo que…-me tomó de nuevo de las manos, uf, creo que estoy sudando y para
colmo hace frio hoy
-descuida, es comprensible, ¿Por qué no volvemos?-sin
soltarme una mano, me rodeo por la cintura- ¿de acuerdo?
Yo solo logré asentir con la cabeza y soltar un suspiro aún
más fuerte que el anterior, si es que ello era posible.
Aquella noche Alice había pedido permiso para quedarse a
dormir y la verdad se lo agradecí de todo corazón, porque con todo lo que nos
contaron estaba como en shock, pero claro ¿quién no? después de semejante
declaración de mi “naturaleza”, en especial la parte en que si no encontrábamos
mi “otro yo” en un mes moriría, oh si, ese en definitiva fue el detalle que más
me fascinó, dile adiós a mi feliz cumpleaños.
-los humanos han sabido detectar el “mal” o como ellos lo
llaman apocalipsis, y en verdad todos y cada uno de ellos estuvo a punto de
ocurrir, sin embargo ninguno de estos se han ocurridos puesto que gracias a la
luz, que siempre hace que la oscuridad o centro de la tierra, quede dormida o
paralizada y siga la vida- había dicho mama como si fuera un gran conocimiento
que curaría al mundo de todos sus males (aunque casi parecía lo mismo)-este
año, cómo se ha dicho efectivamente se ha predicho el fin del mundo según los
mayas, pues ¿adivinen qué?, es totalmente cierto, los mayas eran estudiosos de
la compañía de la luz, los cuales estudian cada cuanto o en que épocas habrá un
nuevo elegido por el mal. La verdad chicas, si me preguntan, esa es una de las
cosas que nunca podré entender, la lucha infinita del bien y el mal,
representada por dos persona, una lucha en la que nadie gana, más muchos salen
perdiendo, creo que yo soy el ejemplo de ello
-hay mamá-la abracé con todas mis fuerzas, esto no solo me
afectaba a mí, ella se quedó sin el amor de su vida y ahora, cosa que me
preocupa, puede perderme a mí, y quienes quedarían, pues mi abuela y ella, me
sentía más triste por ellas dos que por mí, supongo que ese es un incentivo más
para buscarme, si es que esa frase de “mi otro yo” tiene algún sentido. Mamá me
abrazó aún más fuerte y pude sentir que se había puesto a llorar, otra vez.
-creo que me iré a dormir chicos, buenas noches- salió por
la puerta más rápido de lo que cabria esperar, así que no se si alcanzó a
escuchar un “buenas noches” de parte de nosotros. Me senté en una silla al lado
de Alice, y si no mal recuerdo, esta era la silla de papá, subí los pies y los
cogí con mis manos, como si tratara de mantener mi cuerpo unido, como si fuese
un montón de vidrios rotos, los cuales buscan seguir unidos con pegamento
barato, y sé que tarde o temprano estos se desplomarán, solté un suspiro
guardado dentro de mí, de todo lo vivido hoy y cerré mis ojos.
-muy bien, deberíamos empezar a buscar-espetó Alice rompiendo
el silencio y haciendo que me sobresaltara
-eso significaría tener que buscar en todo el mundo, Alice ¿cómo
lo haremos en un mes?-dijo Alejo, él también se veía cansado y un poco
amargado, pero le entiendo, es demasiada información en un solo día y eso que
ellos sabían del tema, lo cual me recuerda.
-muy bien, ya que estamos en estas y soy parte de esta secta
secreta…
-no es una secta secreta Selina, es la organización más
importante en toda la historia-masculló Alejo entre dientes un tanto exasperado,
pero lo entiendo todos lo estábamos.
-ok, ya que soy parte de la organización, ¿Por qué nunca me
habían dicho nada?
-¿y tú porque crees?-espetó Alejo rodando los ojos, muy bien
ese tonito ya se estaba pasando del castaño obscuro.
-Alejo déjala…es más deberías ir a casa a descansar…te
ves-Alice saboreó las palabras correctas y mirando lastimosamente a su primo
dijo-¿horrible?...lo siento no sé como suavizarlo-y se encogió de hombros.
-sí, tienes razón, no he podido dormir muy bien estas
últimas semanas…adiós Alice y hasta mañana Selina... ¿feliz cumpleaños?
Reí amargamente
-sí, gracias-añadí sarcásticamente. El solo murmuro algo
como “valía la pena intentarlo” y salió de la habitación.
-Alice, dime por favor que tienes alguna mejor que no sea
devolver el tiempo unas horas cuando mi vida era “normal”- sobretodo
especifiqué en lo “normal” ya que nunca lo he sido, esa es mi maldición por así
decirlo.
Nadie absolutamente sabe esto, sería demasiado escalofriante
que se sepa, pero cuando yo apenas tenía 7 me había separado de mi grupo de
trabajo en una investigación de la academia y pues estaba sola, asustada y con
la noche casi encima en un bosque tenebroso, solo deseé con todas mis fuerzas salir de allí, encontrar mi
casa y no estar en el bosque. Entonces pensé en mi madre, en nuestra salita
donde nos reuníamos a ver películas y sentí un
calor en mí, era tan potente, tan cálido, pero a tal punto de ser casi
como tóxico, lo sé suena ridículo, pero sentí un alivio y un susto como de
muerte, porque sabía que en ese momento podría haber muerto. Pero todo lo que
pasó fue que de estar en el bosque oscuro, a la enorme luz, ahora me hallaba en
la sala de mi casa, sentada en el sofá de siempre, mirando fijo al televisor.
Ese fue el momento en que oí la puerta y a mi mamá hablando con la policía, en
cuanto me vio, el miedo total pasó por su cara, dijo a la policía que ya no
había problema, colgó e inmediatamente me preguntó cómo había llegado a
casa.
Nunca he sido una chica que se comporte de acuerdo a su
edad, siempre me he considerado un poco más madura, por eso a pesar de tener
16, voy a clase con los chicos y chicas del siguiente curso, todos excepto
Alice tienen entre 17 y 18 años, Alice y yo somos de la misma edad, unas
“nerds” demasiado listas y curiosas para nuestra edad, así al menos nos dice el
profesor Loguenberg, mi favorito cabe decir, es simplemente adorable y siempre
nos incita a ir por más, que es justo lo que Alice y yo hacemos. En fin,
demasiado raras diría yo, es por eso que cuando mi madre me pregunto cómo había
llegado a casa, lo que viví, porque sé que realmente lo viví, jamás me lo
creería, así que le dije que me había llevado a una brújula, y que recordaba
que la casa estaba a unos 25 kilómetros al norte de la casa, algo que me había
enseñado el abuelo, mamá experimentó el alivio puro y esa noche durmió conmigo
con el temor de que desapareciera otra vez, y para ser sinceros esa noche yo
también guardaba ese miedo.
-pues, verás no realmente, estoy pensando pero solo se me
ocurre que no te conozco en lo absoluto Selina Maryan Sayrast. Entonces dime
extraña ¿Quién eres?
-interesante pregunta señorita Alice, pues yo, soy solo
yo-dije con media sonrisa, esta chica tenía la cualidad de hacerme sonreír por
lo que fuese.
-esa, es una muy acertada respuesta-espetó sonriendo y ambas
bostezamos al tiempo y esto, con toda la tensión del momento nos hizo reír como
si nos hubiese contado el mejor chiste del mundo. Entre risa y risa solo se
volvía más fuertes y estrepitosas nuestras carcajadas, hasta que el estómago
nos dolía de reírnos.
-oh sí, esa es una buena señal de que deberíamos
descansar-dijo Alice secándose una pequeña lagrimilla que había quedado de
tanta risa.
-buena idea amiga
Así que nos marchamos del estudio, nos cambiamos y nos
metimos en la cama.
Mi habitación tenía
una cama extra en la parte de abajo y ahí era donde Alice dormía normalmente,
otras veces era en mi alfombra, aunque debo admitir que mi alfombra es bastante
cómoda, cuando no logro conciliar el sueño, usualmente duermo allí también.
Traté de dormir pero no pude, ese pequeñas consecuencias de
que cuando te preparas para la cama se te va el sueño, resoplé, traté de que
Morfeo me llevará en sus brazos, pero fue en vano, entonces traté de encontrar
una solución que redujera nuestra búsqueda, pues lo único que teníamos en el
momento era mi collar, lo toqué nuevamente, era tan suave, tan cálido. Evoqué
los momentos en que descubrí su verdadera importancia en mi vida, o bueno la
mitad de ella.
- ¿Cómo se supone que encontraremos en tan poco tiempo a su
otra mitad? Digo, un mes no es un plazo muy grande- espeté tratando de
desenredar la situación tan descabellada en la que me había enredado.
-sencillo-dijo mama y señalo mi collar el cual ya llevaba
puesto, todos inmediatamente lo miramos –es una especie de buscador y solo tú
cariño puedes detectar cuando tu otro yo esté cerca-nos informo
-¿pero cómo?-preguntó Alice mirando el hermoso collar de
nuevo.
-sencillo es la joya de la familia, y en cada generación de
los herederos de la luz cambia de forma de acuerdo al nuevo portador, por
ejemplo tu padre, en su caso era un anillo, era lo que más le gustaba. Esa pequeña
joyita puede hacer lo que necesitas, en este caso ayudarte a buscar a tu otro yo-dijo
mama suspirando recordando viejos tiempos, la nostalgia salía a la vista en sus
grises ojos.
-muy bien… señorita tráiganos la cuenta por favor-le dijo a
la camarera- hora de ir a casa
Pagamos y nos fuimos a casa.
-¿sabes? debe ser muy duro para ti pero descuida, la
maravillosa de tu amiga Alice te ayudara en todo esto, será muy emocionante
sabes-dijo Alice sacándome de mis pensamientos
-lo sé Alice eres la amiga más inteligente, graciosa y
hermosa que he tenido jamás-se que sonaba medio cursi pero en estos momentos
estaba muy sensible y quien mejor que tu mejor amiga para entenderte-en verdad
gracias… por todo- oh no ya empecé a llorar, esto era el colmo
-tú también eres una muy buena amiga…Pero por favor deja de
llorar tesoro las lagrimas no van con tus hermosos ojos marrón chocolate… te he
dicho ya que siempre que los veo me dan ganas de comer m&m’s -sin duda
Alice era la persona más encantadora que se pudiera encontrar
-como unas mil veces-le dije y solté una risa un poco torpe
pero por fin pude calmarme un poco
-bueno entonces es cierto-dijo riendo también.
Ninguna de las dos tenía sueño así que al final nos quedamos
viendo nuestras películas favoritas de acción, nos quedamos como hasta 2:00 am,
pero mamá nos desconecto el televisor y nos tuvimos que ir a dormir, sin
embargo nos quedamos charlando como hasta la 3:00 am, pero no importaba puesto
que el martes había reunión de padres y no había que ir. Por lo cual al otro
día nos encontrábamos solas, y con el sueño que teníamos no nos levantamos si
no hasta las 10:00 de la mañana y después de hacer un gran desayuno entre las 2,
un total festín nada propio de dos chicas solas, pero igual nos lo comimos
todo. Nos organizamos y llamamos a Alejo para que pudiésemos hablar sobre lo
que había sucedido el día de ayer y planear alguna manera de encontrar “mi otro
yo”.
Cuando lo esperábamos
en la sala Alice, sacándome de nuevo de mis pensamientos acerca de las interesantes
revelaciones ayer, me confesó
-le interesas ¿sabes?
- ¿a quién?- pregunte tontamente, me había atrapado
totalmente desprevenida.
-pues a mi primo tontita, y no es solo por la apuesta, ¿sabes?
cuando me pregunto por ti me sorprendió mucho ya que él no pregunta por nadie,
además te trata de una forma especial como si no fueras cualquier chica-dijo e
instantáneamente me ruboricé
-Alice no te creo ni mu de lo que dices, además me trata de
una forma tan…indiferente, que es casi imposible.
-como se nota que no sabes nada de hombres-la miré
indignada, y que se supone que ella esperaba
-para tú información a mi ni me interesa salir con
nadie-bueno eso no era del todo mentira.
Alejo me había parecido atractivo pero nunca de una forma
romántica, admito que me interesa, pero nunca así como alguien muy, muy
especial, ¿o tal vez sí y yo lo negaba?, no lo sabía pero aquello me sorprendió
mucho, además porque cuando tocaron la puerta, sentí cierto cosquilleo en mi estomago, y mi estúpido
corazón gritó
“Por fin aquí está él “, perfecto corazón colabora con la
causa.
Y efectivamente cuando abrí la puerta era él, como un sueño
hecho realidad, como si todas las cosas más bellas y hermosas se hubiesen
juntado y el fuera su resultado, justo como…pero que rayos estoy pensando,
contrólate niña, muy bien respira y saluda
-hola-dije un poco cohibida gracias a mis últimos
pensamientos
-hola-respondió mirándome directamente…oh mi dios, esos ojos
siempre me habían dejado embobada pero nunca tanto…vamos niña despierta me dije
a mí y a mi muy extraño corazón mientras mi mente se preguntaba
¿Será esto lo que llaman amor o simplemente estoy a punto de
sufrir un ataque cardiaco? Sí, era la segunda, necesitaba llamar a un doctor,
porque mi corazón quería salirse de mi pecho y sentía que mi respiración se
hacía más pesada.
Él paso por mi lado y se sentó al lado de su prima, sentía
mis mejillas ardiendo y Alice me dedicó una mirada maliciosa. ¡DEMONIOS! Tenía
razón, puede que me gustara de una forma romántica su estúpido, arrogante,
tierno y atento primo.
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