lunes, 12 de noviembre de 2012

prólogo


Y los dos jóvenes se cogieron de la mano, dejando en ese gesto no solo su cariño, sino esa promesa tangible en el ambiente de que no solo sus cuerpos, sino también sus almas quedarían unidas por la eternidad.
Dando un paso adelante en su nueva casa, el gran orgullo de él sintió el ya conocido mareo que indicaba una visión, no lo dudó y se sentó en el piso, apretando aún más, si es que se podía, a su amada. Pues este don, aunque es útil, es agotador en extremo.
El pudo ver a una jovencita fuerte, valiente, capaz y de inmediato supo que era su hija, su futura. La nueva elegida, en ella se reflejaba ese poder y ese carácter que lo definía a él en su adolescencia. Pero también  sintió el temor en sus ojos, el asombro por tanto poder, el dolor en su corazón.
Luego oscuridad, y una vez más una suave luz se coló desde la penumbra para mostrar a un padre orgulloso y a la vez adolorido, con su hermoso bebé en sus brazos. Él de inmediato lo supo, era él.
Podía ver unas pequeñas lágrimas asomarse por sus ojos color miel, cuyo tono era aún más intenso por la emoción del momento. Y la luz se hizo más fuerte, él pensó que la visión había terminado, pero todavía seguía allí, pues no había rastros de su esposa. Pero ahora todo era distinto, vio dos bebes, uno era mortal, completamente humano, y el otro, pues era energía pura. Y ahí fue cuando comprendió lo que estaría destinado a hacer antes de partir de este mundo, pero eso no significaba que moriría, tendría que acompañar al segundo bebé, a esa energía pura mientras la pobre de su esposa tendría que avanzar y ayudar a que su amada hija, quién aún nacida ya era amada, saliera adelante, hasta el momento final cuando se diera el final de toda esta lucha, porque esta sin duda era una de las más riesgosas misiones que su designación no deseada cómo elegido le habría puesto. Y entonces la luz brilló con más fuerza, hasta convertirse en total oscuridad.
Él abrió los ojos, se encontraba en una cama, se preguntaba cómo su esposa con su frágil y delicado cuerpo tuviese esa asombrosa fuerza, pero ese era el misterio que encerraba ella y que lo volvía loco, extremadamente loco y enamorado.
Su matrimonio implicó fugarse de su casa, dejar atrás todo lo que conocía para estar con ella, pero valía la pena, desde sus 16 años, ella era lo mejor de su vida y pronto lo sería esa hermosa bebita a la que estaría destinado a proteger, para que ella fuera la salvadora de su época, así como lo han sido las grandes heroínas y héroes en tiempos pasados.
A partir de ese momento, en esa casa de ese pequeño pueblito, empezaba su verdadera historia, su verdadera vida, y es que ¿Cuándo ha sido fácil para él? Una risa nerviosa rasgó por su boca y en ese instante llegó su amada, con una gran noticia, un buen plato de comida y un gran beso para su esposo quien reposaría en cama hasta el otro día. Pero ella por dentro se sentía triste y hasta un poco enojada, estaba siendo hasta el momento una magníficamente terrible luna de miel. Suspiró, pero no todo era tan malo, pues de ahora en adelante empezaría una vida con el hombre al que amaba y además dentro de unos meses un nuevo miembro se uniría a la familia, pues porque sí, estaba embarazada, y le parecía lo más fantástico de su vida.

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